29 de noviembre de 2008

I DOMINGO ADVIENTO

Evangelio según San Marcos 13,33-37. Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento. Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela. Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana. No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos. Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!".
JESÚS LLAMA A ESTAR VIGILANTES Y DESPIERTOS.
Hoy el Evangelio (Mc. 13,33-27), nos presenta a Jesús exhortando a estar vigilantes y despiertos, para acoger la presencia del Reino de Dios, que se manifiesta en medio de las situaciones de adversidad y peligro para la vida humana. En el contexto de la época de Jesús, los peligros y las tensiones estaban dados por los conflictos que Jesús y sus discípulos debieron asumir al entrar en confrontación con los fariseos, y las autoridades judías y romanas, por causa del mensaje del Reino. En el contexto de la comunidad a la cual Marcos escribe su evangelio, los peligros y las tensiones, se produjeron por las persecuciones que las primeras comunidades cristianas sufrieron después de la Resurrección de Jesucristo. En el contexto actual de nuestra vida, también vivimos sometidos a tensiones, angustias, miedos y peligros, generados por el estilo de vida que nuestra cultura actual nos impone. Nuestro peligroso perseguidor, es el dinero y el consumismo, en función del cual gira todo, despertando en el público el afán por comprar y comprar y en algunos deshonestos, el afán por el robo y la violencia extrema. Las empresas de vigilancia y de venta de alarmas, se presentan como una alternativa de solución para la inseguridad y el miedo. Hablar hoy de estar vigilantes y despiertos se identifica negativamente con el peligro de situaciones que dañan la vida. Cuando Jesús nos exhorta a estar vigilantes y despiertos, nos llama a descubrir que no solo hay que estar atento con los cinco sentidos para protegerse de los riesgos y peligros que pueden acecharnos, sino que también la actitud de vigilancia y lucidez, es un muy buen instrumento para percibir la realidad de bondad que la vida nos entrega en el sinnúmero de cosas buenas que tantas personas realizan motivadas por el sano afán de vivir por amor, de cuidar la paz y cultivar la solidaridad con los más pobres y con los que sufren. En este tipo de personas y situaciones podemos encontrarnos de manera inesperada con la presencia del Reino de Dios entre nosotros, no de manera plena todavía, pero en crecimiento. Lo más importante al iniciar hoy el tiempo de Adviento, es que estando atentos a los signos de bondad, podamos crecer en capacidad de confianza y esperanza para vivir la vida, superando el miedo, la desconfianza y el individualismo en el que nos entrampa el estilo de vida actual. Fr. Miguel Angel Ríos op.