21 de agosto de 2008

XXI DOMINGO TIEMPO ORDINARIO

Evangelio según San Mateo 16,13-20. Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?". Ellos le respondieron: "Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas". "Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?". Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". Y Jesús le dijo: "Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo". Entonces ordenó severamente a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías.
¿QUIÉN DICE LA GENTE QUE SOY YO?
Hoy Jesús nos plantea dos preguntas medulares (Mt. 16,13-20), las mismas que en su tiempo planteó a sus discípulos: Primero, “¿Quién dice la gente que soy yo?”, y a continuación,“Y ustedes, ¿Quién dicen que soy yo?”. Son dos preguntas pedagógicas. El Señor quiere aclarar las confusiones respecto a su identidad, porque esto influye en el sentido de la vida y las motivaciones de quienes le descubren y le siguen. Las opiniones respecto a Jesús en su época, fueron variadas y confusas. Para algunos era Juan el Bautista, para otros era Jeremías o alguno de los profetas. Entre sus seguidores, las cosas tampoco estaban tan claras, solo Pedro, movido por la acción de Dios Padre, responde acertadamente, diciendo: “Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo”, es decir, Jesús es el que tiene con Dios una relación filial que le permite realizar la misión de ser el Salvador, llevando a todos los seres humanos, a una plenitud de vida. Es interesante ver que inmediatamente después que Pedro ha dicho esto con una profunda lucidez y convicción, Jesús le dice con toda claridad: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”, es decir, le hace ver que su misión como discípulo y apóstol, es ser la piedra viva sobre la cual se construya, no un edificio de albañilería, sino la Iglesia que es la comunidad de personas convocadas por la fe en la Palabra y la Persona de Cristo.
Hoy día hay opiniones muy diversas respecto a Jesús, y algunos tal vez ya no se preocupan de Él o acallan su voz. ¿Quién es Jesús para mí?. El Señor, quiere aclarar nuestra desorientación en medio de la búsqueda de sentido para nuestra vida, sobre todo cuando se hace presente en medio de nuestro diario vivir y no somos capaces de percibirlo. A veces somos nosotros mismos los cristianos, quienes no hemos sabido dar una buena respuesta a la pregunta de Jesús, y terminamos pensando como la gente que se deja llevar por ideas esotéricas en su búsqueda de Dios. ¿Quién dice la gente que soy yo? ¿Quién dicen ustedes que soy yo?. Estas preguntas nos plantean un desafío y una misión en el mundo de hoy. Responderlas nos llevará necesariamente a la respuesta por nuestra propia identidad y nuestro sentido de vida como comunidad creyente, unida a Cristo e inserta en el corazón del mundo.
Fr. Miguel Angel Ríos op.